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From the Pitch - Inseparable - En Español

By USLSoccer.com Staff, 02/21/22, 12:00PM EST

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Inseparable

Author - Maury Urcadez
Maury Urcadez
USL HQ
March 3, 2022

Lo gracioso del fútbol conmigo es que nuestro primer encuentro no fue el más amistoso. 

Tengo un hermano mayor que estuvo involucrado en deportes desde muy chico. Como siempre suele suceder yo quería ser como él y también jugar fútbol. 

Todavía puedo recordar el primer día de práctica. Estaba sentada en nuestro coche llorando. Les dije a mis padres que había cambiado de opinión, que ya no quería jugar fútbol. Mi papá entendió, y me dijo que no quería forzarme a nada. Mi mamá dijo no. Ella ya había pagado la temporada y dijo, “Ahora juegas porque juegas”. 

Después de eso, nunca miré hacia atrás. 

Mi mamá siempre nos decía a mí y a mis dos hermanos que eligió a un gran hombre para que fuera el padre de sus hijos. A mi papá le encantaba estar siempre con nosotros. Aunque su primer amor fue el béisbol, cuando se dio cuenta de que queríamos jugar fútbol, se encargó de aprender más sobre el deporte, verlo y enseñarnos. El fútbol se convirtió en algo que hacíamos juntos. Fue mi primer entrenador. 

Algunos de mis mejores recuerdos vienen de esas tardes largas que se convertían en noches practicando con mi papá sobre cómo controlar el balón en el aire con el primer toque, dominando el balón y aprendiendo a atacar un defensor en el uno contra uno. Fueron todas estas pequeñas cosas técnicas las que me diferenciaron como jugadora. 

Otro aspecto del juego que me enseñó fue aprender a observar. Mi papá me decía que eligiera a un jugador en un equipo que tuviera características similares a las que yo poseía y observara sus movimientos con y sin el balón. 

Básicamente, me decía que observara a los jugadores más chaparros. 

Rápidamente me convertí en una fanática del juego. Los sábados y domingos se dedicaban a ver beIN SPORTS en español, encender la televisión a todo volumen (para obtener un ambiente de juego) y aprender. ¿Y qué mejor equipo para ver que el Barcelona de Pep? Andrés Iniesta fue y será siempre mi jugador favorito. 

Siempre que estaba en el campo, intentaba replicar sus movimientos. Y si no intentaba algo, mi papá siempre me lo recordaba en el coche. "Deberías haber hecho esto" y "Recuerdas esta jugada, la próxima vez intenta eso". Nos encantaba hablar sobre todo lo que ocurría durante el juego. Así fue como aprendí. 

Con el tiempo, mi papá y yo creamos un lenguaje de señas de fútbol. Cualquier compañero de equipo, entrenador o padre que haya sido parte de mi carrera futbolística puede dar fe de esto. Comenzaba con un silbido específico que hacía mi papá para llamar mi atención, seguido de una serie de gestos con las manos para mostrarme dónde posicionarme. El fútbol era lo nuestro. 

Una de mis partes favoritas de jugar fútbol era poder viajar con mi papá a lugares como Nevada, California y Nuevo México para participar en torneos de fútbol. Hacer viajes por carretera era algo que esperábamos con ansias. Teníamos conversaciones significativas sobre la vida y el fútbol mientras ocasionalmente nos interrumpíamos el uno al otro para cantar nuestras canciones favoritas. También nos encantaba quedarnos en hoteles, comer comida rica, recorrer la ciudad y por supuesto, jugar dos juegos en un día. Todo esto, tuvo un gran impacto en nuestra relación. 

Él siempre estuvo ahí. Cada práctica. Cada torneo. Cada juego. Siempre siendo mi papá. 

Cada vez que elaboró un plan para mi vida, nunca funciona. 

Tenía como gran meta asistir a una universidad fuera del estado después de la preparatoria para jugar fútbol competitivo. No sucedió. Jugué durante dos años en junior college y quería transferirme para jugar en otro lugar después de graduarme y tampoco sucedió. 

Toda mi vida había sido futbolista y cuando llegó el momento de colgar los taquetes, entré en un período de mi vida en el que no sabía qué hacer. Estaba muy enojada y sentí que había decepcionado a muchas personas que creían en mí y veían mi potencial. 

Estaba constantemente luchando contra mis demonios. Pensé en las diferentes direcciones que podría tomar mi vida. Tuve que desarrollar una nueva mentalidad y entender que el fútbol ya no era parte de mi vida y que tenía que encontrar mi verdadero propósito. 

Aunque ya no jugaba de manera competitiva, todavía jugaba, o al menos encontraba oportunidades para jugar después de la escuela. Cascaritas, futsala, todo. Cualquier oportunidad que tenía, ahí estaba. Intentaba llenar ese vacío de no estar dedicada las 24 horas, siete días a la semana a lo único que sabía hacer. 

Mis padres podían notar que yo me sentía miserable. 

Después de graduarme del junior college, entré a la Universidad de Arizona y me declaré estudiante de administración de empresas. Mis calificaciones no fueron el problema. El problema era que no entendía nada de lo que pasaba en mis clases. 

Entonces, un día decidí sentarme y hablar con mis padres sobre la idea de cambiar de carrera e ir a una dirección diferente. Me sentí culpable por esto porque mis padres trabajaron muy duro para que yo terminara la universidad, y al cambiar de carrera sentí que estaba desperdiciando su dinero y mi tiempo. 

Después de esa larga conversación, se miraron y me miraron a mí y dijeron: “Lo sabemos. Sabíamos desde el principio que el negocio no era para ti, pero tenías que descubrirlo por ti misma”. 

Y entonces, entendí. 

Hacer la transición de ser jugadora de fútbol a ser reportera de fútbol fue una de las cosas más fáciles que he hecho. Mi papá fue quien me sugirió esta carrera, me dijo que yo poseía muchas de las cualidades que tienen los reporteros y analistas de fútbol. Entonces, puse a prueba mi conocimiento, mi pasión por el juego y mi personalidad extrovertida para comenzar un nuevo camino. Así como apoyó mi carrera como jugadora, mi pa ahora me apoya en este próximo capítulo de mi vida. 

Todo lo que me ha dado el juego me preparó para este próximo paso en mi carrera futbolística. En la USL, encontré un lugar que abarca todo lo que me hace ser quien soy y usa mis fortalezas para aportar mi granito de arena en el crecimiento de este bello deporte en Norteamérica. Como ex jugadora, la nueva oportunidad que se está creando en el fútbol femenino es algo que me emociona. 

Mientras escribo esto, no puedo evitar sentir nostalgia, pienso en lo increíble que fue mi niñez y lo agradecida que estoy por todas las personas que me han ayudado llegar a este punto. 

Estoy orgullosa de la mujer en la que me he convertido y de haber encontrado un lugar donde siento que pertenezco y puedo tener un impacto. 

Papá, si estás leyendo esto, estoy orgullosa de ser tu hija. 

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